ANTÁRTIDA - ECOLOGÍA: Política económica del Antártico

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Antártida

ECOLOGÍA

Política económica del Antártico


a explotación de los recursos económicos del Antártico nunca fue un tema tabú. Probablemente ha llegado a ser un continente reservado para la ciencia porque no se ha demostrado que sirva para algo más. Ciertamente, el gran éxito del Tratado Antártico y la política de cooperación que se ha desarrollado desde entonces, tiene mucho que ver con el hecho de que no se han hallado recursos minerales explotables comercialmente.

Ningún artículo del Tratado Antártico firmado en 1959 y que entró en vigor en 1961, excluye las actividades económicas, pero tampoco se proveyeron procedimientos jurisdiccionales en el evento de que se emprendiese alguna de ellas. Las crecientes presiones económicas han forzado la explotación de petróleo y minerales, cada vez en lugares más remotos, conforme las tierras más accesibles van siendo vaciadas gradualmente. Ante esta tendencia, las características orográficas y climáticas de la Antártida podrían parecer un freno para una explotación continuada y rentable, pero aunque de momento no se hayan descubierto volúmenes aceptables del recurso, no debe desdeñarse la evidencia de que la tecnología está en constante evolución. Probablemente, el mercado y condiciones tecnológicas harán económicamente factible el llevar la búsqueda a la Antártida y su barrera de hielo; es pues cuestión de tiempo.

El status jurídico actual de la Antártida crearía no pocas confrontaciones en el plano de los derechos de propiedad y desarrollo. En la mente de todos aflora la pregunta ¿que ocurrirá cuando las posibilidades de explotación de los recursos sean reales y viables?; obviamente, la presencia permanente, o en algún modo continuada en la Antártida, aunque sea bajo principios de investigación científica, sería argumento de peso para cualquier reivindicación posterior, y en contra de aquellas naciones que simplemente se adhieren al Tratado Antártico, pero que no ejercitan las actividades antárticas que dan derecho a ser miembro consultivo, mucho menos aún aquellas otras naciones que no han demostrado nunca interés alguno en el continente. Ante estas cuestiones se han incitado propuestas que tienen cierto alcance de ser tenidas en cuenta en el futuro, como es la "compartición" de cualquier hallazgo de riqueza mineral. No resulta extraño observar que gran parte de los estudios científicos realizados por muchas naciones en el Antártico y sus barreras de hielo, se refieren a la geofísica de ciertas zonas susceptibles de contener recursos viables, generalmente hidrocarburos, utilizando técnicas muy sofisticadas de reflexión sísmica, gravedad y magnetismo, y que se sitúan en los márgenes continentales de los mares de Ross, Amundsen, Bellingshausen, Weddell y en algunas plataformas heladas.

Las plataformas heladas del Antártico podrían contener recursos muy valiosos, como hidrocarburos
Las plataformas heladas del Antártico podrían contener recursos muy valiosos, como hidrocarburos

No puede ignorarse, que las expediciones antárticas más tempranas en el siglo IX, estaban directa o indirectamente relacionadas con intereses económicos. Para unos suponía la búsqueda de nuevas rutas comerciales, para otros significaba la apertura de nuevas fuentes productoras de pieles, aceites, etc., algunos llegaron a estimar la posibilidad de riquezas minerales. El hecho de declinar estas prácticas se debe a la devastadora caza del recurso biológico, el cual llegó al exterminio en algunas especies, y que posteriormente pudo recuperarse en algún caso debido únicamente a la migración de esas mismas especies, que provenían de otras regiones inaccesibles para los cazadores fuera de la región antártica.

La explotación de los recursos naturales está centrado en el sub-antártico y los mares antárticos, no existiendo actividad de momento en el continente. En un análisis sobre los "recursos naturales antárticos" se definió como "cualquier materia natural... en la región antártica". Por esta ancha definición, el término incluye no solo los recursos biológicos, sino también la propia tierra, agua, hielo, clima, y el espacio vital de trabajo, recreo y almacenamiento. Estos recursos "económicos" podrían ser utilizados o exportados a un coste muy inferior al de su valor, no obstante, cualquier intento apreciable en ese sentido tendría que ser continuamente reevaluado con referencia a los valores de mercado presentes, costes logísticos y desarrollos tecnológicos. Poco se sabe de la importancia económica de los recursos antárticos en relación con estos factores. Por ejemplo, los adelantos tecnológicos podrían favorecer el desarrollo en la Antártida, pero también en otras regiones que actualmente son consideradas marginales; además, para el tiempo en que pudiese ser factible desarrollar un recurso antártico, tal como el petróleo, otras fuentes modernas podrían proveer el mercado, tales como los reactores de fusión, o solar, o la energía geotérmica, que cambiaría en gran medida los factores del coste.

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